Siente- Todos tenemos un sexto sentido, una vocecita interior, ese cosquilleo en el estómago que nos sirve de guía en la vida. La intuición es esa brújula interna que nos da pequeñas, pero continuas señales y nos avisa si vamos por el rumbo correcto.
Imagina- Cuando nos hacemos consciente de las pequeñas señales, aprendemos a escucharnos e interiorizar en nuestras emociones, y lo que es una simple corazonada, se convierte en un proyecto.
Crece- La sincronicidad entre lo que sentimos y lo que imaginamos/ pensamos es la fuerza interior que genera los grandes y profundos cambios en nuestra vida.
Aprender a observarnos, aceptarnos y amarnos.
¿Cuántas veces hemos escuchado que todo está en la mente, que solo tienes que creerlo y que así sucederá, que tú puedes controlar tu cuerpo, tu entorno y tu vida? Suenan palabras muy sencillas; pero luego descubrimos que en la práctica es más complejo.
En general; los dos principales obstáculos que enfrentamos son:
Tomar conciencia y aceptar que nuestra conducta, nuestra forma de pensar o nuestros hábitos pudieran NO ser la mejor opción. Y esto, a veces, resulta difícil de digerir. “Yo no estoy mal, es la gente que no me entiende”. “Yo soy una buena persona, ¿por qué me pasan estas cosas?”.
¿Les suena conocido?